
Eduardo May.- Mérida, Yuc. 1 de mayo.- Con un salario promedio diario de 514.70 pesos y una tasa de desocupación de apenas 0.9%, Yucatán se mantiene como uno de los estados con mejores indicadores laborales del país. Sin embargo, la inflación, altos costos en combustibles, alimentos, energéticos y costos presionan el bolsillo de los trabajadores que sufren.
Al cumplirse una conmemoración más del Día del Trabajo, organismos gremiales y autoridades concurrieron a los discursos manidos y las alabanzas mutuas sin compromisos verdaderos, respuestas claras a las demadas de prestaciones, condiciones laborales dignas y gasto equitativo y salarios mejor remunerados que no se pierdan con la inflación.
De acuerdo con cifras del Inegi, Yucatán es uno los mejores estados en posicionamiento laboral, con la menor tasa de desempleo del país, pero con una informalidad del 58 por ciento de la Población Económica Activa (PEA). Esto quiere decir que, cerca de 750 mil personas trabajan sin condiciones laborales legales, con salarios menores, sin prestaciones ni seguridad social.
Si bien, gracias a los acuerdos trinacionales, patrones y sindicatos han elevado el salario en un 230 por ciento en los últimos cinco años, la inflación, la inestabilidad microeconómica del país, la criminalidad, la falta de certeza jurídica en actos de gobierno han reducido estos altos porcentajes económicos, provocando una alta especulación comercial y una tasa inflacionaria que posiciona a Mérida entre las cinco ciudades más caras del país.
En datos del Inegi, el salario en Yucatán creció 12 por ciento en comparación con el año anterior, mientras que la tasa de desempleo es la segunda más baja del país y la más baja desde que se tiene registro, Sin embargo, la inflación en Yucatán es 2 puntos por arriba de la media nacional y poder adquisitivo de los trabajadores se ha reducido un 8 por ciento en 2024.
En proceso de la oferta laboral, Mérida, Umán, Kanasín, Valladolid y Hunucmá, disponen de las más altas oportunidades de empleo, en tanto que, en 100 municipios restantes, las condiciones son apremiantes y la principal actividad económica es terciaria, esto es el comercio y los servicios, lo que presiona las oportunidades de empleo y posibilidades de riqueza familiar.
En este sentido, la nueva dinámica laboral a partir de enero de 2025 se aprencian críticas debido a las políticas que aplican el gobierno estadounidense con amenazas de aranceles a productos fabricados fuera de Estados Unidos, lo que ha puesto en alerta las condiciones de cerca de 3 mil puestos laborales del sector exportador que ha reducido drasticamente su producción y con ello, el crecimiento y la estabilidad del mercado laboral en el ramo industrial.
En cifras económicas estatales, en tanto que, el Producto Interno Bruto de Yucatán ha crecido en los últimos doce años, se espera que las condiciones sean mucho más reducidas en los siguientes años debido a la recesión económica en la que ha caído el país, ante la falta de certeza jurídica, políticas públicas sin rumbo y presiones fiscales a las micro y pequeñas empresas que aportan el 95 por ciento de la riqueza del país.