
Los científicos han propuesto una solución innovadora para la escasez de órganos para trasplantes: crear «corpoides», cuerpos humanos sin cerebro ni capacidad de sentir dolor.

Esta idea surge debido a la falta de materiales humanos éticamente obtenidos, lo que frena muchos avances médicos y obliga a utilizar animales en pruebas.
Los corpoides podrían reducir las pruebas en animales, aumentar el número de órganos disponibles para trasplantes y mejorar la efectividad de los medicamentos. Actualmente, se han logrado crear estructuras similares a embriones con células madre y avances en úteros artificiales. Gracias a técnicas genéticas, sería posible evitar el desarrollo de cerebro en estos cuerpos.
Sin embargo, aún quedan preguntas sin respuesta, como si podrán sobrevivir sin cerebro o si realmente funcionarán como modelos del cuerpo humano. Además, hay dilemas éticos que deben abordarse, especialmente en relación con los derechos de estos cuerpos y su apariencia humana.
Si se logra implementar esta tecnología, se podrían producir órganos a medida con las propias células del paciente, evitando rechazos y la necesidad de medicamentos inmunosupresores. También se podría utilizar para probar medicamentos según el ADN del paciente y posiblemente reemplazar el uso de animales en la industria alimentaria.
Es importante iniciar el debate sobre el tema ahora, considerando los aspectos científicos, sociales y políticos involucrados. Aunque no todo lo posible debe hacerse, esta tecnología podría salvar vidas si se usa de manera responsable y ética.