
Un grupo de científicos de la Universidad Bar-Ilan, en Israel, ha descubierto cambios en ciertas proteínas que podrían estar relacionados con una vida más larga y saludable, según un estudio publicado en Nature Communications.

El objetivo no es solo vivir más años, sino extender los años vividos con buena salud (healthspan). Para lograrlo, es necesario comprender qué procesos biológicos nos ayudan a envejecer bien.
Los investigadores analizaron la evolución de estas proteínas en mamíferos, comparando especies de vida corta con otras de vida prolongada, como murciélagos o elefantes. Encontraron patrones de cambio repetidos en animales longevos, vinculados a funciones clave como el control del metabolismo, la reparación del ADN y la respuesta al estrés celular.
Estos ajustes en las proteínas podrían haber ayudado a algunas especies a vivir más tiempo con menos enfermedades. Un ejemplo destacado es una proteína relacionada con la reparación del daño en el ADN, acumulado con la edad. También observaron cambios en proteínas que regulan la inflamación, un factor importante en el envejecimiento y muchas enfermedades crónicas.
Estos cambios no ocurrieron de repente, sino que se acumularon durante millones de años de evolución. Esto sugiere que vivir más no depende de un solo «gen mágico», sino de ajustes sutiles en varias partes del sistema biológico.
Este conocimiento podría abrir la puerta a nuevos tratamientos que imiten estos ajustes proteicos en humanos, aunque aún queda mucho por lograr. El estudio proporciona pistas claras y concretas sobre qué buscar. Además, demuestra cómo la biología comparada puede ofrecer ideas para mejorar nuestra salud, ya que la evolución ha encontrado formas de alargar la vida en otros mamíferos. La clave para una vida más larga y saludable podría estar escondida en nuestras propias proteínas.