
Un hongo que habita en tu piel, Malassezia sympodialis, podría ser tu salvador silencioso.

Este hongo produce un ácido, el 10-hidroxiácido palmítico (10-HP), que frena el crecimiento de la bacteria Staphylococcus aureus, también conocida como estafilococo dorado, causante de infecciones graves y mortales.
Un equipo de la Universidad de Oregon descubrió esta interacción, publicada en la revista Current Biology. Los científicos, liderados por Caitlin Kowalski, comprobaron que el ácido producido por el hongo reduce significativamente la cantidad de Staphylococcus aureus en contacto con él. Sin embargo, con el tiempo, la bacteria puede desarrollar resistencia al ácido, al igual que lo hace con los antibióticos.
Otras bacterias menos peligrosas han aprendido a convivir con el hongo sin problemas, lo que sugiere la compleja relación entre los microorganismos de nuestra piel. Este descubrimiento podría cambiar la forma en que combatimos infecciones y abrir la puerta a tratamientos más simples y efectivos.
En Estados Unidos, las infecciones por Staphylococcus aureus envían a medio millón de personas al hospital cada año. Por lo tanto, encontrar nuevas defensas naturales como esta es crucial, ya que la bacteria puede resistir todos los antibióticos actuales. Kowalski planea estudiar cómo Staphylococcus aureus se vuelve resistente a los tratamientos para entender mejor cómo frenar su avance.
En resumen, un hongo presente en nuestra piel produce un ácido que inhibe el crecimiento de una bacteria mortal. Aunque la bacteria puede desarrollar resistencia, este descubrimiento podría conducir a tratamientos más efectivos y naturales.