
La ciberseguridad se enfrenta a desafíos en 2025, como amenazas más sofisticadas y el uso de inteligencia artificial (IA) que puede ser tanto una herramienta como un riesgo.

Erik Moreno, director de Ciberseguridad de Minsait, destaca la necesidad de una cultura preventiva, colaborativa y resiliente para proteger la continuidad operativa en todos los sectores, especialmente en el financiero.
Moreno resaltó la importancia de fortalecer los controles de protección y diseñar estrategias más ágiles debido al impacto creciente de la IA en la transformación digital. Además, subrayó la evolución de los actores maliciosos, quienes ya no operan solos sino en red, lo que requiere una colaboración en las defensas.
El llamado a la concientización colectiva es central en el mensaje de Moreno, ya que la ciberseguridad debe ser una responsabilidad compartida entre empleados, proveedores, usuarios finales y autoridades. Destacó el reto de la cultura del usuario, especialmente en el entorno financiero, donde las brechas de conocimiento técnico facilitan ataques como el phishing y la ingeniería social.
El rol del CISO también ha cambiado radicalmente, ya que debe ser un interlocutor estratégico del negocio, capaz de traducir riesgos tecnológicos en impactos financieros y anticipar cómo la seguridad puede ser un habilitador de crecimiento. Moreno insiste en que invertir en ciberseguridad es invertir en continuidad operativa y no hacerlo puede resultar en pérdidas de clientes, sanciones regulatorias y daño reputacional.
Finalmente, Moreno compartió su visión sobre el futuro, donde la transformación digital y la IA expandirán la superficie de riesgo, requiriendo estrategias 360 que combinen tecnología, talento y cultura para enfrentar los desafíos que vienen. En un contexto de amenazas constantes, la ciberseguridad debe integrarse desde el diseño del negocio, no como una capa posterior, y la resiliencia es una necesidad, no una opción.