
Dolor oncológico: un síntoma que no debe normalizarse

Un desafío en el tratamiento del cáncer
El dolor oncológico, presente en muchos pacientes con cáncer, puede surgir por tumores, tratamientos como quimioterapia o radioterapia, o complicaciones postquirúrgicas. Aunque no todos lo experimentan, su manejo es crucial para evitar consecuencias físicas y emocionales. Instituciones como la Clínica Mayo y el Instituto Nacional del Cáncer de EE.UU. destacan la importancia de un diagnóstico y tratamiento personalizado.
¿Qué dicen los expertos?
El dolor oncológico varía según el tipo de cáncer, su etapa y la ubicación del tumor, así como la tolerancia individual. Según la Clínica Mayo, los tumores pueden presionar nervios, huesos u órganos, liberando sustancias químicas que generan dolor. El Instituto Nacional del Cáncer recomienda evaluaciones físicas y neurológicas para identificar su causa y descartar efectos secundarios. Subrayan que, incluso después del tratamiento, algunos pacientes lo padecen, lo que puede derivar en ansiedad o depresión.
¿Por qué es urgente atenderlo?
- Impacto en la calidad de vida: El dolor no tratado afecta el bienestar físico y emocional del paciente.
- Riesgo de complicaciones: Normalizarlo puede retrasar intervenciones médicas necesarias.
- Tratamiento personalizado: Cada caso requiere un plan específico basado en historial clínico e intensidad del dolor.
¿Qué sigue en su manejo?
Los especialistas insisten en que los pacientes comuniquen cualquier molestia a sus médicos para recibir medicación adecuada. Herramientas como escalas de dolor ayudan a cuantificar su intensidad y evitar su normalización. La clave está en la detección temprana y el seguimiento constante.
- El dolor oncológico no siempre es parte inevitable del cáncer o su tratamiento.
- La comunicación abierta con el equipo médico es esencial para explorar alternativas de alivio.
- Instituciones como la Clínica Mayo ofrecen guías para identificar y describir el dolor de manera precisa.