
La ciencia descubre la «zona Ricitos de Oro» de las evacuaciones

Un estudio publicado en Cell Reports Medicine y liderado por el Instituto de Biología de Sistemas (ISB) analizó los hábitos intestinales de 1,425 personas sanas, vinculando la frecuencia de sus evacuaciones con marcadores genéticos, metabólicos y de microbiota. Los resultados revelan que ir al baño una o dos veces al día —la llamada «zona Ricitos de Oro»— se asocia con mejor salud, mientras que los extremos (estreñimiento o diarrea) podrían indicar riesgos ocultos para el hígado, los riñones y el metabolismo.
La frecuencia ideal: un equilibrio entre fibra y bacterias beneficiosas
El equipo de investigación clasificó a los participantes en cuatro grupos según sus hábitos: estreñimiento, frecuencia baja normal, frecuencia alta normal y diarrea. Quienes caían en la «zona ideal» presentaban dietas ricas en fibra, mayor hidratación y actividad física, lo que favorecía bacterias intestinales que fermentan fibra y producen ácidos grasos saludables. En contraste, las personas con estreñimiento mostraban bacterias que descomponen proteínas, generando toxinas como el indoxil-sulfato, vinculado a daño renal. Por su parte, los casos de diarrea exhibían bacterias típicas del intestino delgado en sus heces y señales de posible daño hepático en sangre.
¿Por qué importa?
- Riesgo sistémico: Los extremos en la frecuencia intestinal podrían afectar órganos como el hígado y los riñones, según los biomarcadores analizados.
- Alerta temprana: Monitorear estos patrones podría ayudar a prevenir enfermedades metabólicas o digestivas antes de que se manifiesten síntomas graves.
- Hábitos modificables: La dieta, el ejercicio y la hidratación son factores clave para alcanzar la frecuencia ideal y mejorar la salud intestinal.
Próximos pasos: de la ciencia al cuidado personal
El estudio abre la puerta a usar la frecuencia intestinal como herramienta de diagnóstico preventivo. Los investigadores, incluido el microbiólogo Sean Gibbons, sugieren que ajustar hábitos cotidianos —como aumentar el consumo de fibra o agua— podría optimizar la salud digestiva y general. Aunque el análisis se centró en patrones diarios (no en excepciones), los hallazgos invitan a prestar atención a señales que antes pasaban desapercibidas. La recomendación final es clara: observar el baño puede ser el primer paso para cuidar el cuerpo desde dentro.