El trabajo impulsa la caída récord de la pobreza, pero las carencias sociales frenan el progreso
Los últimos datos del Inegi revelan que 13 millones de mexicanos salieron de la pobreza entre 2018 y 2024, gracias al aumento del 135% en el salario mínimo y la mayor participación de los ingresos laborales (75% del total familiar). Sin embargo, la dimensión social de la pobreza empeoró: el acceso a salud se desplomó, pasando de afectar al 16% al 34% de la población, vinculado a la persistente informalidad laboral (54%). La Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami) atribuye la mitad de la reducción de la pobreza a la política salarial, pero organizaciones como Acción Ciudadana Frente a la Pobreza (ACFP) advierten que los programas sociales gubernamentales han sido ineficaces para garantizar derechos básicos.
El salario mínimo como motor: la apuesta que rindió frutos
La Conasami y el gobierno federal defendieron los incrementos históricos al salario mínimo —el más alto en décadas— como eje de la reducción de la pobreza. Según sus datos:
- Por cada 10% de aumento real en el salario, el ingreso laboral creció 2.67 puntos porcentuales.
- Sin estos ajustes, la pobreza multidimensional habría sido 40.6% (vs. el 36.3% registrado) y la extrema, 8.5% (vs. 7.1%).
- El salario mínimo mensual alcanzó $8,475 pesos en 2024, triplicando su poder adquisitivo desde 2018.
Sin embargo, la ACFP señala que este avance dependió de actores privados y trabajadores, mientras que las políticas públicas en salud y seguridad social no acompañaron el crecimiento económico.
¿Por qué importa?
- Contradicción en el modelo: El éxito en ingresos choca con el colapso en servicios básicos: 44.5 millones carecen de acceso a salud (el doble que en 2018).
- Riesgo de reversión: Si no se corrige el déficit en salud y formalidad, la pobreza podría repuntar, afectando a 57 millones (44% de la población).
- Informalidad como lastre: El 54% de los ocupados sigue en la economía informal, limitando su acceso a derechos laborales y sociales.
- Desigualdad persistente: La brecha en educación, vivienda y seguridad social perpetúa el círculo de la pobreza, según la ACFP.
El gobierno enfrenta dos frentes urgentes:
- Corto plazo: Evitar que la carencia de salud escale al 44% de la población, como advierte la ACFP, con políticas focalizadas en zonas marginadas.
- Estructural: Diseñar una estrategia integral que vincule crecimiento económico con derechos sociales, priorizando la formalización laboral y la expansión de servicios públicos.
La ACFP propone un «piso de derechos sociales» (no solo transferencias monetarias) para romper la pobreza intergeneracional, mientras analistas exigen evaluar el impacto real de los programas sociales actuales.
Con información del Inegi, Conasami y Acción Ciudadana Frente a la Pobreza (15/08/2025).
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