El presidente de EE.UU. condiciona nuevas sanciones a Moscú a un frente unificado de la alianza atlántica, mientras acusa a Pekín de sostener económicamente a Rusia.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ultimó este sábado a los países de la OTAN con una doble exigencia para intensificar la presión sobre Rusia: suspender de inmediato las compras de petróleo ruso y elevar del 50% al 100% los aranceles a China, a la que acusa de ser «cómplice estratégico» de Moscú. En un mensaje publicado en su red Truth Social, Trump advirtió que solo aplicará «sanciones significativas» contra el Kremlin si la alianza atlántica actúa primero de manera coordinada, una condición que, hasta ahora, ha postergado sus amenazas pese a los reclamos de Ucrania.
«Estoy listo para actuar cuando todos los países de la OTAN dejen de financiar la guerra de Putin comprando su petróleo», subrayó Trump, quien en agosto se reunió con Vladimir Putin en Alaska. El mandatario republicano calificó de «impactante» que los miembros de la alianza —que incluye a 32 naciones— sigan adquiriendo combustibles rusos, una práctica que, según él, «debilita cualquier poder de negociación» con Moscú. «De todas formas, estoy listo cuando ustedes lo estén. Solo digan cuándo«, desafió.
Aranceles a China: la «llave» para detener el conflicto
Trump extendió su presión a Pekín, cuyo apoyo económico a Rusia ha crecido desde el inicio de la invasión a Ucrania en 2022. Tras la reciente cumbre entre Xi Jinping y Putin en Beijing a principios de septiembre, el presidente estadounidense propuso que la OTAN duplique los aranceles a las importaciones chinas como medida temporal, con el argumento de que esto «rompería el dominio» de China sobre la economía rusa y aceleraría el fin de la guerra. «Si la OTAN hace lo que digo, el conflicto terminará rápidamente«, aseguró. «Si no, solo están desperdiciando mi tiempo».
El mensaje, presentado como una «carta a la OTAN y al mundo», refleja la estrategia de Trump de vincular la cooperación económica de Occidente con sus aliados —y rivales— a concesiones geopolíticas. Sin embargo, su enfoque ha generado escepticismo: hasta ahora, ninguna de sus amenazas de sanciones se ha materializado, lo que ha aumentado la frustración en Kiev, donde el gobierno ucraniano depende en gran medida del apoyo militar y financiero occidental.
Contexto: ¿Por qué apunta a China?
La relación entre Rusia y China se ha fortalecido desde 2022, con Pekín convirtiéndose en el principal socio comercial de Moscú tras las sanciones occidentales. Según datos de 2024, el 40% de las exportaciones rusas tienen como destino China, mientras que el gigante asiático provee tecnología y componentes críticos para la industria de defensa rusa. Trump argumenta que, sin este respaldo, la capacidad de Rusia para sostener la guerra se vería gravemente afectada.
La propuesta de aranceles, no obstante, enfrenta obstáculos: varios países europeos, como Alemania y Francia, han mostrado reticencia a escalar tensiones comerciales con China, su segundo mayor socio económico. Mientras, en Washington, analistas señalan que la efectividad de la medida dependería de un consenso imposible de lograr en el corto plazo, dado que la OTAN opera por unanimidad y sus miembros tienen intereses económicos divergentes.
Datos clave:
- Reunión Putin-Xi: Ocurrió en Beijing a principios de septiembre de 2025, donde ambos líderes reafirmaron su «asociación estratégica sin límites».
- Dependencia europea: Aunque la UE redujo un 80% sus compras de petróleo ruso desde 2022, algunos países —como Hungría— siguen importando combustibles rusos.
- Historial de Trump: Durante su primer mandato (2017-2021), impuso aranceles a China, pero nunca logró un frente unificado con la OTAN para sanciones masivas.
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