Desigualdad en ingresos afecta al 76% de los trabajadores y genera desconfianza, rotación de talento y pérdidas económicas, pese a avances legales

Más de la mitad de los trabajadores en México han sufrido las consecuencias de la brecha salarial, un problema que trasciende la equidad de género y afecta directamente la estabilidad de las empresas, según revelan datos del Termómetro Laboral de OCCMundial y del INEGI. La desigualdad en los ingresos —que alcanza un 25% entre hombres y mujeres, pero se extiende a otros factores como etnia, edad o influencia social— reduce la productividad, aumenta la rotación de personal y daña la reputación corporativa, con costos económicos significativos para las organizaciones.
Impacto económico y laboral: más allá del género
El estudio de OCCMundial señala que el 76% de los empleados mexicanos ha sido testigo de diferencias salariales injustificadas en sus lugares de trabajo, mientras que 6 de cada 10 las han vivido en primera persona. Aunque tradicionalmente se asocia este fenómeno con la discriminación por género, el análisis subraya que solo el 4% de los afectados identifica claramente la causa, lo que evidencia un problema estructural más amplio: la brecha existe incluso entre colaboradores con mismas habilidades, responsabilidades y condiciones laborales, sin que las diferencias en sus ingresos respondan a méritos o resultados.
La desigualdad salarial tiene consecuencias tangibles para las empresas:
- Pérdida de confianza y moral: Los empleados que perciben tratos desiguales reducen su compromiso, lo que se traduce en menor productividad.
- Mayor rotación de talento: La insatisfacción impulsa a los trabajadores a buscar oportunidades en otras compañías, generando costos adicionales en reclutamiento y capacitación.
- Daño reputacional: Las organizaciones con prácticas opacas en remuneraciones enfrentan riesgos de desprestigio público, especialmente en un contexto donde la transparencia gana relevancia.
Discriminación disfrazada y falta de transparencia
Pese a que la Ley Federal del Trabajo (LFT) prohíbe la discriminación salarial, el problema persiste bajo justificaciones como «antigüedad» o «dominio de habilidades específicas», que en muchos casos ocultan sesgos por género, edad, origen étnico o estatus social, según OCCMundial. La opacidad salarial agrava la situación:
- 37% de los trabajadores evita hablar de su salario con compañeros por considerarlo un tema «delicado».
- Solo 13% consulta abiertamente las remuneraciones en su entorno laboral, lo que refleja un tabú cultural que dificulta la denuncia de desigualdades.
- 5 de cada 10 empleados admiten discutir el tema, pero únicamente con personas de confianza.
Avances insuficientes: 300 años para cerrar la brecha
Aunque México ha implementado medidas como la obligatoriedad de reportar salarios por género en empresas con más de 50 trabajadores (desde 2023), los resultados son limitados. La ONU advierte que, al ritmo actual, eliminar la discriminación salarial global tomaría casi tres siglos. En el país, el principio «a trabajo igual, salario igual» sigue siendo una aspiración incumplida, pese a que estudios demuestran que la equidad no solo es un derecho, sino un factor clave para la competitividad empresarial.
Datos clave
- Brecha de género en México: 25% (INEGI, 2025).
- Trabajadores que han presenciado desigualdad salarial: 76% (OCCMundial).
- Empleados que la han vivido directamente: 60%.
- Causas no identificadas: 4% desconoce si la diferencia se debe a discriminación.
- Transparencia salarial: Solo 13% pregunta abiertamente por los ingresos en su trabajo.
Contexto legal:
La LFT establece sanciones para empresas que discriminen en salarios, pero la aplicación efectiva sigue siendo un desafío. Expertos coinciden en que, además de regulaciones, se requieren culturas organizacionales que promuevan la equidad y mecanismos claros de denuncia para avanzar hacia una remuneración justa.
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