Un experimento con simuladores de conducción revela que el tipo de melodía influye en la recuperación del «mareo por movimiento», con efectos opuestos entre canciones animadas y tristes.

Poner música alegre después de sufrir mareo en un viaje podría acelerar la recuperación en un 14%, según una investigación liderada por el neurocientífico Yilun Li, del Henan Institute of Science and Technology (China). El estudio, publicado el año pasado en Frontiers in Human Neuroscience, analizó cómo diferentes estilos musicales afectan al «mareo por movimiento» —aquella sensación de náuseas o vértigo provocada por curvas, aceleraciones o simuladores— y confirmó que no todas las melodías tienen el mismo efecto.
El experimento involucró a 30 voluntarios que usaron un simulador de conducción diseñado para inducir mareos. Mientras un casco de electroencefalografía (EEG) registraba su actividad cerebral en tiempo real, los participantes se dividieron en seis grupos: cuatro escucharon música (alegre, suave, triste o neutra) durante un minuto tras sentir el malestar; uno meditó en silencio, y otro detuvo el simulador antes de llegar a marearse. Los resultados fueron contundentes:
- La música alegre redujo los síntomas en un 14% frente al grupo que meditó.
- La música suave también fue efectiva, con una disminución del 13.4%.
- Sorprendentemente, la música triste empeoró la recuperación, aumentando el malestar en lugar de aliviarlo.
¿Por qué ocurre esto?
Los datos del EEG mostraron que el mareo está vinculado a una disminución de la actividad en la región occipital del cerebro (encargada de procesar información visual). Cuando los participantes se recuperaban, esta actividad se volvía más compleja y diversa. Los autores del estudio sugieren que la música triste amplifica el malestar por «resonancia emocional», mientras que las melodías animadas o relajantes ayudan a restablecer el equilibrio físico.
Aplicaciones prácticas
Aunque el estudio tuvo una muestra limitada, sus hallazgos coinciden con investigaciones previas. Por ejemplo, se ha demostrado que escuchar canciones favoritas puede reducir el «cibermareo» (mareo por realidad virtual) e incluso aliviar síntomas de resaca. La música, por tanto, se perfila como una herramienta accesible y sin efectos secundarios para combatir el mareo en viajes por carretera, barco o simuladores.
«No es una cura definitiva, pero es un recurso simple y efectivo», señalan los investigadores. La próxima vez que el paisaje empiece a dar vueltas, subir el volumen de una canción animada podría ser la solución.
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