
Mérida, Yuc. 9 de dic/Eduardo May/ – El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) alertó sobre la necesidad de proteger y preservar estructuras y monumentos históricos y de patrimonio nacional como los vestigios arqueológicos ubicados en zonas urbanas, es el caso del sitio X’catzmil y al menos 200 puntos más que se esparcen sobre toda la geografía de la capital yucateca.
Según el INAH, en la Ciudad de Mérida están registrados de manera detallada 212 espacios con construcciones precolombinas, distribuidas por distintos puntos de la urbe. Los registros arqueológicos detallan que, las construcciones mayas tienen entre 800 y 1000 años, siendo muchos de ellos espacios públicos, en tanto que, otros más no están a la vista del público o se ubican en propiedades privadas.
La institución puso de manifiesto su preocupación sobre los constantes abusos y daños que reciben estos edificios, construcciones, basamentos y obras que deben de preservarse, en tanto que, algunos de ellos reportan grafitis, basura y jardinería que daña sus cimientos y basamentos.
Recientemente, la propia dependencia dio a conocer que durante los trabajos del retiro de vías de ferrocarril que circundaban a ciudad y que unían la Central en el barrio de La Mejorada se hallaron nuevos basamentos y construcciones en la zona poniente de Mérida y la ruta del tren que han sido catalogadas y cerradas.

Por ello, ante el crecimiento urbano, muchas veces irregular de Mérida y sus municipios conurbados se han presentado situaciones de daños visibles a sitios, además de expolio de vestigios de estos espacios histórico culturales.
El INAH detalló que uno de los sitios, X’catzmil en un punto crítico, ya se encuentra en un polígono de casas cuyas, edificaciones levantadas dentro de áreas protegidas, amenazan con borrar uno de los espacios patrimoniales más singulares y poco estudiados de la ciudad, afirmaron.
Todo ello se pudo constatar durante el IX Simposio de Cultura Maya Ich kaan tijoó, realizado por la dependencia. Ahí los investigadores Luis Carlos Rosado van der Gracht, y Zac Lindsey, ofrecieron los avances del estudio “Entre memorias remotas, disputa y problemática social: el Sitio Arqueológico Urbano de Xcatzmil”.

El docente describió a X’catzmil, ubicado en reserva ecológica Cuxtal, -zona de contención para Mérida, ubicada al sur de la ciudad- como “un espacio arqueológicamente excepcional y socialmente complejo”, donde se levanta el edificio Q, una estructura que, por su altura y volumen, podría ser “una de las más grandes del municipio de Mérida, si no es que la más grandes”. A pesar de ello, señaló, el sitio continúa siendo prácticamente desconocido incluso para los propios habitantes de la zona sur.
Detalló que el edificio “Q” tiene unos 10 metros de altura y conserva una bóveda casi intacta, dos ventanas, restos de otras dos habitaciones y los vestigios del período clásico arco maya, – entre el 600 y 900 de nuestra era- hoy colapsado.
Los especialistas dieron a conocer un estudio apoyados en la técnica Lidar, para precisar sus dimensiones y características, un tipo de análisis que no se había hecho antes con esta profundidad, donde se dimensiona los alcances y la importancia que tuvo este asentamiento maya antes de la colonización.
X’catzmil, sostiene el informe de los investigadores, padece un peligro social enorme derivado del avance urbano. Hace siete años se resolvió la disputa territorial entre Mérida y Kanasín, lo que originó que el ejido promoviera la ocupación del terreno. Esto generó la venta y especulación de tierra que a derivado en un polígono de casas, en algunos casos, ya han invadido zonas arqueológicas y acelerado su deterioro particularmente en los últimos siete u ocho años”, advirtieron.
Puntualizó que, de la misma forma, hay otros sitios mayas de gran trascendencia que se ubican en la ciudad y cuya importancia, poca o mucha se encuentran sin la protección y la conservación necesaria y adecuada.
Agregó que, durante las exploraciones se localizaron materiales como sílex y obsidiana, pero también artesanías contemporáneas, hallazgos que cobraron sentido gracias a entrevistas con habitantes de la zona, dijo.
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