El sector construcción lidera el declive con un desplome del 23.8% en obras públicas, mientras la manufactura muestra signos mixtos y la minería profundiza su crisis

La actividad industrial en México registró en agosto su tercer descenso mensual consecutivo (-0.3% frente a julio) y el undécimo retroceso interanual en los últimos 12 meses (-2.7%), según datos del Indicador Mensual de la Actividad Industrial (IMAI) del Inegi. El frenazo, impulsado por la caída récord en la construcción —especialmente en obras públicas— y la persistente debilidad de la minería, consolida una tendencia negativa que ya acumula una contracción del 1.7% en lo que va de 2025, frente al crecimiento del 1.2% en el mismo periodo de 2024.
Construcción: el talón de Aquiles
El sector más golpeado fue la construcción, con un retroceso mensual del 2.2% y un derrumbe interanual del 23.8% en obras de ingeniería civil —vinculadas principalmente a proyectos gubernamentales—. Este colapso coincide con la reducción del 22.4% en la inversión pública (hasta julio), como parte del ajuste fiscal del gobierno federal para bajar el déficit de 5.7% a 4% del PIB. La estrategia, aunque busca sanear las finanzas públicas, ha paralizado obras clave y lastra al sector.
Manufactura: luces y sombras
La manufactura, pilar de la industria, mostró un leve repunte del 0.2% en agosto, insuficiente para compensar la caída del 1.6% en julio. El comportamiento fue desigual: mientras cinco ramas destacaron por su crecimiento —como minerales no metálicos (+5.1%) y plásticos y hule (+1.5%)—, otras cinco registraron descensos, entre ellas papel (-2%) y maquinaria y equipo (-1.1%).
Minería y servicios: en números rojos
La minería acumula la peor performance del año, con una caída del 8.1% en los primeros ocho meses, seguida por los servicios de electricidad, gas y agua (-2.3%). Aunque este último sector creció 1.3% en agosto, el saldo anual refleja la presión por la menor demanda industrial y los altos costos energéticos.
Contexto: ¿Hacia una recesión industrial?
El acumulado de 11 meses con cifras negativas en comparación anual —y seis caídas seguidas en 2025— plantea señales de alerta. Analistas vinculan el declive a tres factores clave:
- Recorte del gasto público en infraestructura, que frena la construcción.
- Desaceleración global, que reduce la demanda de manufacturas mexicanas (especialmente en EE.UU., su principal socio comercial).
- Incertidumbre regulatoria en sectores como el energético, que desincentiva inversiones privadas.
Aunque el gobierno insiste en que el ajuste fiscal es temporal, el sector privado advierte que, sin estímulos, la industria podría cerrar 2025 en territorio recesivo, afectando empleo y crecimiento económico. El Inegi publicará el dato definitivo en octubre, pero el panorama actual no anticipa un giro inmediato.
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